2009/04/04

How does it compare?

Algo que considero constantemente en mis ensoñaciones diurnas, es cómo se compara la percepción propia con la realidad que las demás personas concensan al atestiguarme.

Recuerdo bien el momento en que comencé a tener esta tribulación filosófica. Hace algunos años, se había solicitado mi presencia para crear un sitio web para una institución que atendía desórdenes alimenticios en mujeres jóvenes. Era una asociación que promovía sus servicios para atender a personas de altos recursos económicos. Así pues, realicé el viaje hasta Las Lomas de Chapultepec y ahí nos entrevistamos con la directora y alguna subordinada.

Después de haber acordado algunas cuestiones técnicas respecto del sitio web que se habría de realizar, comenzaron a contarnos de cómo una persona puede llegar a enfermarse de la conciencia (o a percibir de manera diferente la realidad concensada), ver cosas que no están ahí y generar un desorden alimenticio para compensar una alucinación del estado de su propio cuerpo.

Yo sé que he visto cosas que "luego" no están ahí. He tenido muchas alucinaciones desde que tengo unos 24 años. De cualquier forma, esos trucos que me juega mi mente o mis ojos (o quienes están manejando el Matrix), los puedo discernir de la realidad concensada. Es decir, yo sé que cuando he visto que aquellas estatuas se mueven, es concenso de todos que las estatuas no pueden moverse. Así que, por lo general, pienso que es un truco de mi mente, de mis ojos o de quienes manejan el Matrix.

Pero aquellos que padecen de anorexia y bulimia, en casos extremos, pueden llegar a ignorar la realidad concensada respecto de su propia persona y pueden verse como personas completamente obesas.


Nos contaron el caso de una chica que deseaba ser modelo, tenía como 1.75m de estatura pero cuando ingresó a la clínica pesaba 38kg. Les dije que no comprendía que alguien pudiera pensar que estando así de delgado podría verse bien. Mi comentario estaba propulsado por una reacción hacia un hecho que afrentaba mi ideal estético, es decir, querer parecer un esqueleto no era mi idea de belleza física y pensar que alguien sintiera que se veía bien luciendo así de flaca estremecía los límites de mi capacidad cognitiva y estética. Pronto habría de descubrir cuán estrecha era mi visión en estos menesteres

La respuesta que recibí de la directora de la clínica me cimbra todavía. "Es que ella no sabe que está tan delgada". ¿Cómo demonios no iba a saberlo? ¿Acaso no se ve en el espejo? ¿Qué no está viendo que la báscula marca 38kg? WTF?

Así, después de unos segundos y mientras se me quitaba la expresión de incredulidad, la directora prosiguió explicando el método con el evaluaban qué tan mal estaba la paciente.

Lo primero que hacen es conseguirse un proyector y una pantalla. Colocan a la paciente entre el proyector y la pantalla, encienden la luz y dejan que la paciente mire su silueta.

Esta ilustración es un ejemplo de la realidad concensada (por todos menos por la chica)

Entonces, le piden a la chica que tome un marcador y que trace una línea exactamente sobre el contorno de su silueta.
Aquí se ejemplifíca el trazo que hace la chica

Luego, todo mundo se sorprende cuando la chica les dice, ¿ven lo gorda que estoy? ¡Primero muerta que gorda! Y lo que pasa es que la chica está viendo su silueta así:


Dramatización de la comparación entre la visión de la realidad alternativa y la realidad concensada


¿Cuánto de lo que vemos en nosotros mismos es percibido por los demás? ¿Qué tan equivocados consideramos que están los demás cuando desde la realidad concensada nos señalan rasgos de nuestro físico o de nuestro carácter?

2 comments:

Anonymous said...

Es un rollo muy cañón de autoestima. De violencia, de autoviolencia,hace 5 años yo pesaba 49 kilogramos y yo no podía verme ni guapa, ni delgada. Alguien a quien yo amaba y el ya no me amaba me decía gorda. Y yo me sentía horrible, luego si comencé a engordar. Hoy peso 75 kg, y me veo gorda y hermosa. Hoy puedo ver realmente lo que hay en el espejo.
Antes a pesar de que en el espejo había alguien delgado yo la veía gorda, y luego cuando comencé a engordar no miré que engordaba me seguía viendo igual, no pude percibirlo.
Un saludo
emece

Zyanya said...

Mmm yo digo que no hay forma de saber cuánto de lo que vemos es percibido por los demás.

Solo se puede preguntar, comparar respuestas y tener esperanza de que el consenso esta en 'lo correcto'.

Porque, yo me pregunto: ¿Nuestra percepción de la realidad depende de lo que nos enseñan?
¿Qué tanto influyen los preconceptos heredados en nuestra apreciación de eso que llamamos realidad?

Preconcepto general es que las estatuas no se mueven, pero ¿qué tal que en realidad si se mueven pero en nuestra mente está tan fija la idea de que no lo hacen? ¿Y si eso provoca que simplemente no las veamos moverse?